El disfrute de la lectura

¿Usted disfruta la lectura? ¿Cuántas horas al día lee? ¿Cuál fue el último libro que leyó? ¿Cuál es su libro favorito? ¿Cuál es su género favorito? ¿Le costó encontrar la respuesta a estas preguntas? ¿Las contestó todas o solo algunas? ¿Le fue fácil contestarlas? Si usted disfruta la lectura, sin duda le será muy sencillo contestar a cada una de ellas; si usted no la disfruta, le tomará mucho tiempo responder o incluso dará algunas respuestas engañosas. Para disfrutar la lectura se requiere de algo muy básico: que el texto literario (o no literario) corresponda a nuestros gustos.

shutterstock_99146252Si a mí me prestan una novela que tiene como tema principal la vida y acontecimientos que sufre un gaucho en las llanuras argentinas, probablemente no lo disfrute tanto como un libro que abarca la búsqueda interior de un personaje desde sus miedos, frustraciones y soledades, desde un punto de vista más psicológico. El del gaucho puede resultarme interesante, pero quizá no me produzca tanto placer. Por supuesto, nuestros gustos pueden irse ampliando conforme vamos leyendo y los textos son tan variados, que lo que puede gustar o disgustar no es precisamente el tema sino su tratamiento; es decir, dos autores pueden hablar sobre lo mismo y uno puede gustarme y el otro no. Pero, cómo puedo descubrir esto: leyendo. Tendremos que experimentar una búsqueda, dentro de la cual, yo como lector puedo sufrir muchas decepciones; así como, experimentar grandes hallazgos. Los títulos por ejemplo, pueden ser muy atractivos, pero también engañosos. Un título puede no decirme nada, y puede ocurrir que yo lo comprenda hasta que termine el libro, el cual puede resultarme fascinante; así como un título puede resultarme atractivo, puedo comprar el libro, leer 10 páginas y dejarlo en el olvido. En mi caso, hago lo siguiente y por lo general la estrategia no me falla. Leo la sinopsis del texto que está en la parte trasera del mismo, leo la biografía del autor y leo las primeras dos o tres páginas (ahí mismo en la librería) y si me gusta me lo llevo. En el caso del cuento y la poesía es mucho más sencillo: usted toma el libro (ya sea de la librería o biblioteca) lee un cuento o un par de poesías y si de primera entrada le atrajo, es casi seguro que usted disfrutará su contenido.

shutterstock_41606278¿Cómo podemos hacer que una lectura resulte atractiva para los niños? Porque, a ellos no les podemos preguntar qué tipo de lectura les gusta más, puesto que aún no tienen un bagaje literario. La respuesta entonces es la siguiente: usted debe disfrutar el texto para que el niño también lo disfrute. Todo docente tiene la capacidad de adaptar el texto literario (sea cual sea) de manera que resulte atractivo a sus estudiantes. Para ello hay un elemento fundamental: ubicar el texto en el contexto de los niños. ¿Cómo hago esta contextualización? Le recomiendo plantearse preguntas como las siguientes:

  • ¿Qué tiene que ver ese texto con mi realidad?
  • Si hay personajes, ¿con cuál personaje me identifico?
  • ¿Cuál de los personajes me recuerda a alguien que conozco?
  • ¿Cuántas veces me he comportado como el personaje de la historia?
  • ¿Cuántas veces he sentido las mismas emociones planteadas en la lectura?
  • ¿Qué opino de la historia?
  • ¿De qué manera estoy en desacuerdo con algo que ocurre en la historia? ¿Por qué?

Todas estas preguntas me ayudan para trabajar la comprensión, sin embargo las estrategias que como docente debo utilizar para que el texto resulte atractivo pueden ser muy variadas:

  1. Plantear adivinanzas.
  2. Sugerir un posible ordenamiento de la historia (tomar fragmentos para que el estudiante le dé un orden lógico).
  3. Dramatizar toda la historia o parte de ella.
  4. Jugar a los noticieros.
  5. Imitar una sala de juicio.
  6. Jugar charadas.
  7. Dibujar (o cualquier otra expresión en artes plásticas que represente o de alguna manera muestra la interpretación que el niño hace de la historia).
  8. Elaborar y manipular títeres.
  9. Hacer un radio teatro (simulado).
  10. Todo aquello que se le ocurra al docente o a sus estudiantes (las propuestas de los niños son enriquecedoras e innovadoras).

En resumen: jugar, jugar, jugar, jugar.

Es importante resaltar que para que una lectura resulte entretenida, la motivación debe empezar desde el momento antes de introducir el texto que se quiere leer. Esto se llama el antes de la lectura, y consiste en explorar formas creativas de presentar el texto a los niños; a través de canciones, juegos, elaboración de títeres, ambientación, interpretación de un personaje por parte del docente… etc. Recuerde que para que los niños disfruten la lectura, usted como docente debe disfrutarla. Ese es el secreto. ¡Ah! y un texto no se lee ¡nunca! por primera vez frente al estudiante, debe leerse antes y debe “prepararse”, de esta manera resultará muy atractivo y podremos omitir o dar énfasis a los elementos que consideremos necesarios.

Autora: Lolita Aguilar Conejo

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